Van a cumplirse cuatro décadas de mi primera exposición. Es toda una vida.
Tenéis toda una documentación de un artista que se alimenta de una historia, de muchos momentos y de una realidad plástica.
Quiero ser único, y así me presento. Se ha escrito mucho sobre mí, pero en esta página me voy a desnudar. Me levanto. Mi mente sabe que tengo, con todo amor, que realizar una faceta educativa. Me dejo llevar como una barca por un mar. Me gusta la imagen, ¡un mar! A veces con olas y otras con una visita inolvidable después de un paseo, bien en mi lugar de nacimiento, El Sardinero, o en La Magdalena.
La hora de la comida llega antes o después, junto a Vely. Siempre estoy aquí, al menos procuro, periódicos, noticias. Llega la tarde, como en Lorca, las cinco.
Quiero decir las diecisiete. Un día me pararé a pensar. ¿Cuándo escribo? ¿Cómo llegan los pensamientos, los bocetos, las series, la ejecución? ¿Dónde? El balneario, la isla, la azotea, los implantes, “mi último Jardín de las Delicias”. Me doy con la mano izquierda en el hombro.
Y ellos y yo nos saludamos. Hasta luego, ¡adiós!, ¡hola! Mañana seguiremos.