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La 'Metamorfosis' de Orallo

EL DIARIO MONTAÑÉS 10/04/11

 

El proyecto de esta obra de grandes dimensiones, apoyado por Cultura, se inaugura el próximo miércoles tras un año de trabajo El artista realiza una espectacular recreación de 'El jardín de las delicias' para la Biblioteca Central

El uso del color, la representación del ser humano, la diversidad de retratos, la rotunda expresividad de gestos y rostros y la geometría se aúnan en el itinerario visual e icónico de la obra del pintor santanderino Roberto Orallo. Su último proyecto, bajo el epígrafe de 'Metamorfosis', nace de la querencia del artista por sus 'clásicos' de la historia de la pintura, su celebración personal de una trayectoria que supera las cuatro décadas y el interés en afrontar un reto particular a través de una obra que ha supuesto un año de trabajo intenso. El resultado es el tríptico 'Metamorfosis', una singular y ambiciosa recreación de 'El jardín de las delicias' de El Bosco, que supone la celebración de los cuarenta años de creación del pintor santanderino.

Esta obra monumental por su dimensión, características técnicas y sentido pictórico ha quedado ubicada esta semana, tras un laborioso montaje, en una de las salas principales de la Biblioteca Central. El próximo miércoles será inaugurada por el consejero de Cultura, Javier López Marcano, en un acto que será presentado por el profesor de filosofía de la Universidad de Cantabria, Carlos Nieto.

 

El tríptico, que tiene su origen en una serie de bocetos del artista, algunos de los cuales fueron presentados en su muestra antológica exhibida en el Espacio Fraile y Blanco, está configurado por dos grandes paneles laterales que se cierran sobre uno central, todos a modo de caja de madera desplegable pintada tanto por su parte interior como exterior. Cuatro por seis metros son las dimensiones del tríptico abierto (ver ficha anexa) cuyo proyecto ha sido plasmado con el apoyo de Cultura y su consejero, Javier López Marcano, que decidió su destino para la Biblioteca.

 

A la hora de concebir su homenaje, Orallo subrayó que las grandes obras de la cultura «lo son por la fuerza con la que se hacen presentes a lo largo de la historia posterior, deleitando, inquietando y dialogando con las generaciones siguientes». De este modo, adquieren también la condición de clásicas «aquellas producciones del espíritu humano que, interesando en todas las épocas históricas, han servido de estímulo para tejer una red intertextual por la que transitar desde el presente hasta el pasado, abriendo el camino del futuro. Y mi proyecto se inscribe, pues, en esta línea».

 

La pintura renacentista 'El jardín de las delicias' es una de las obras, confiesa Orallo, que «más me ha impresionado desde que la contemplé por primera vez en el Prado, siendo estudiante». Durante los cinco años que duró su formación, en el camino de Santander a la Escuela de Bellas Artes de Valencia, la Sala LVI del Museo del Prado de Madrid, que acoge el tríptico de El Bosco, se convirtió en una «obligada estación de paso». Desde aquel instante comenzó «un diálogo permanente con la obra del pintor flamenco, provocando reflexiones y alentando fantasías hasta generar las nuevas visualidades bajo las cuales me hago presente en la obra del maestro del siglo XVI». Como creador, asegura Orallo, «lo que me atrae de esta obra es el estímulo a la reflexión que siempre me ha producido, desde el dispositivo puesto en marcha por una iconografía a la que siempre he reconocido como próxima». Y ese ejercicio supone nada menos que enfrentarse a los desafíos que representa la cuestión de los orígenes y el destino humanos, «un asunto que hace que el arte se disponga a recorrer el camino de la vida, en concordia o en discordia, con la religión, la filosofía y la ciencia».

 

Quinientos años después de que fuese pintada por El Bosco, se consideró que la recreación «por la historia que tiene detrás, por su tema, así como por el formato y soporte en que se presenta, unidos a las demás características técnicas», merecía una ubicación pública que permitiera la contemplación ciudadana, «en un espacio de las características de la Biblioteca Central de Cantabria, «recreado para la cultura también él, desde su nativa factura industrial». Orallo (Santander, 1947), el apasionado creador de las huellas del hombre en pinturas a través de sus arquitecturas y estancias, rubrica con este retablo de más de doscientos kilos, pintado en acrílico sobre aluminio, una prolífica trayectoria que ha vivido de estaciones tan significativas como el neoexpresionismo, la pintura metafísica, la estética cubista y el surrealismo. El pintor y dibujante suma a sus series de ventanas, azoteas, tierras y escenarios urbanos, este mosaico de dimensiones humanistas, a modo de altar, que recrea sobre 24 metros cuadrados el destino humano a través de un lenguaje de pintura y vida.

Mientras se incorpora el tríptico, 'Cántabros en la Colección Norte'se exhibe de forma paralela en el patio de la 'Central', en Casar de Periedo y Villapresente. En el espacio bibliotecario Cultura ha programado ya para agosto, como se avanzó, una muestra monográfica de Fernando Valdeón.

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